Hola, mi nombre es Jose
Miguel Almeida Garrido pero mis amigos me llaman Josemi. Soy un joven
venezolano, soñador, gracioso y optimista. Tengo una variedad bastante heterogénea entre amigos y conocidos, personas de quienes he aprendido mucho de
la vida, sin embargo creo que ahora es mi turno de aportar algo a través de una
de las armas más fuertes que puede existir: La palabra.
Para empezar es necesario
aclarar que todos tenemos un mundo, una realidad, una vida, un ser, una
esencia, todas ellas nos hacen único y es por ello que nace de mi hermoso
corazón (¡jajá!) mostrarles el mío.
No es que el mundo gire alrededor de mí, ni que me considere la última
Coca-Cola (Wacalaz), es sólo que mi historia, mis ocurrencias, mis pensamientos
y reflexiones pueden servir a otros para crecer en su propio mundo y
considerarse la última Coca-Cola también (Risa sarcástica).
Bien, entrando en calor… No
escogí este día por mera casualidad, o porque desperté y dije “Tengo ganas de iniciar este blog”, hoy
es un día perfecto para dar a escuchar mi voz y literalmente que se lean mis
palabras respecto a un tema que justo hoy se va a celebrar: El Miss Venezuela
2015. En Venezuela, un país ubicado en América del sur, muy variado en recursos naturales, principalmente
energéticos y minerales, así como también de especies y ecosistemas; Rico en
cultura, gente, gastronomía y sitios para conocer… Aún en pleno siglo XXI se
“celebra” este certamen de “belleza.”
En mí país, hablando del
entretenimiento en los medios de comunicación e información, se puede apreciar
una variedad bastante patética que incluye programas de variedad, noticias (a
medias), telenovelas de Miami y una que otra producción dramática nacional (Más
basura ya que ahora las protagonistas no son actrices sino las embajadoras de
la belleza). Lo cierto es que el presupuesto no da para tanto, no si todo se va
en Miss Venezuela, la magia de ser miss, detrás de la corona, la belleza latina
y no sé cuánta cosa más.
Miss Venezuela se celebra en
Venezuela desde 1952 con Osmel Sousa en la batuta. El dueño actual del certamen
es la Organización Cisneros; dicha empresa organiza sus concursos hermanos,
Miss Venezuela Mundo y Mister Venezuela (Ya no sé qué es más patético). En
primeras ediciones los desfiles se realizaban con diferentes indumentarias en
distintas locaciones de Caracas y esto tomaba una semana aproximadamente. La
ropa y el maquillaje corría por parte de las concursantes, y por críticas de la
iglesia católica, el desfile en traje de baño se hacía en privado al jurado.
En esas primeras ediciones –
y vaya que me estoy nutriendo del tema. Cultura general pues. – las mujeres
eran más naturales, con algo más de carne, curvas, menos oxigenadas, y menos
operadas por aquí y por allá. Ahora todo es diferente, totalmente diferente,
grotescamente diferente. En Venezuela, un país con raíces muy variadas y
actualmente una mezcla bastante amplia de fenotipos y genotipos, identificar a
la mujer venezolana como una larguirucha, peligrosamente delgada, de pechos
firmes pero no naturales, sonrisa perfecta gracias al esmeril, de abdomen plano
a fuerza de gimnasio y dietas basadas en pasar hambre, de ojos azules, grises o
verdes y por último… El cabello tan teñido como si de una gringa cualquiera se
tratara, no puede ser la norma.
Esas descripciones de mujer
perfecta lo único que me producen son ganas de reír y en uno de mis ojos un
pequeño tic nervioso que no me deja tranquilo. Unos conocen esto como “La noche
más linda” “El magno evento de la belleza” y pare usted de contar. No, no estoy
en contra del mundo y no quiero que nadie cambie por mí, sólo quiero que
reflexionen unas cuantas cositas sobre esa noche tan linda.
1) Si
esas mujeres son perfectas entonces debo asumir que mi madre, mi hermana, mi
abuela, mis tías, mi amiga la gordita, todas son feas ¿Es así? Ah, pero si
quieren ser lindas entonces deben someterse a rígidas dietas, a jornadas
incansables de gimnasio, en tal caso que lo anterior no funcione someterse a
cirugía y aprovechar también para hacerse los senos y la cola.
2) A lo
largo de los años el planeta ha vivido luchas sociales por igualad, justicia,
derechos, en fin, ustedes saben de qué hablo. El negro para no ser esclavo, la
mujer para ser tratada como igual, y una que se mantiene en el tapete: La
homosexualidad y afines. ¿Hay luchas más importantes que otras? Bueno, sólo
diré que si apoyas que el negro no sea esclavo y que la mujer no sea
discriminada por su género, entonces no entiendo cómo es que apoyas
estereotipos de “belleza” dictados por concursos televisados. Decide si apoyas
o no los estereotipos que dicta la sociedad. Porque si apoyas estereotipos de
belleza, entonces deberías aceptar al negro como esclavo, a la mujer como ama
de casa que sólo se dedica a criar niños y finalmente que las relaciones
afectivas sean entre hombre y mujer.
3) ¿Qué
aprenden las futuras generaciones cuando decimos que esas mujeres son
perfectas? ¿Sabes cuántas niñas mueren por anorexia o bulimia siguiendo esos
patrones de belleza tan absurdos? Nadie quiere tener una hija o sobrina que
pase por eso, seguro muchos quieren tener una hija o sobrina que sea embajadora
de la belleza, ¿A qué precio?
4) ¿Sabes
cuán valiosa, hermosa e inteligente es una mujer? ¡Demasiado! como para que
todo se resuma en una pregunta maliciosa que debe ser respondida en escasos
segundos. No, no y no… Una mujer vale más que ser una simple “Barbie” de la
vida real.
5) ¿Y
las buenas obras que realizan las reinas? ¡Ja! Para los que excusan este tipo
de concursos sólo por eso, te diré que no hace falta inventarse tanto teatro
para ayudar a los más necesitados, no es necesario restregarles a las niñas en
África que estas mujeres son “perfectas”, ni demostrarles que pasando hambre se
llegan a las medidas deseadas… Cuando esa gente ha invertido equis cantidad de
dinero en sus obras de caridad, ya han ganado millones de dólares.
6) El
señor Trump te escupe en la cara comentarios Xenofobicos, racistas y más… y tú
todavía apoyando su juego. ¡Aplausos para nosotros!
En mi opinión, pues es mi
mundo, esto une a las familias venezolanas (Una mayoría) pero Hittler logró
unir miles de personas en su causa y no por ello era bueno ¿o sí? Rara vez las
personas reflexionan sobre lo que ven, estar frente al televisor sólo se resume
en relajarse y absorber como esponja todo lo que por la pantalla sale. Y así
fue como descubrí que mi madre era fea… ¡Te engañé! Mi madre es la mujer más
hermosa de este mundo, con su edad, sus cicatrices, su cabello “malo”, con sus
curvas, con sus gritos, sus regaños, con su estatura, con sus ojos oscuros, con
su tono de voz, con sus respuestas a la vida. Si ella estuviera en un certamen
de belleza, sería mi ganadora, mi embajadora, mi reina, mi todo.
¿Y para ti quién sería la
mujer más hermosa?